5 ANDREW.

Ver a Genevieve con aquel pegado vestido hizo mi miembro se hinchara, todas esas curvas las mantuvo oculta durante toda la secundaria y ahora que las puedo ver a simple vista, me dan ganas de saborear cada parte de su cuerpo, presenciar como ahora se defendía me vuelve más loco con su mirada retadora, quería tenerla de rodillas y verla colocar los ojos en blanco. 

Mi imaginación estaba en su punto de éxtasis, tengo esas ansias locas de tomarla, colocarla sobre mi hombro y llevarla lejos de aquella fiesta y sobre todo mantener a todos aquellos depredadores lejos, no quiero que ninguno mancille su hermosa piel blanquecina. 

Antes de entrar a aquella fraternidad me giro para darle un último vistazo a aquel culazo que Genevieve tiene. 

De inmediato la música alta me aturdió, la mayoría de los presentes bailaba al ritmo del reggaeton, las mujeres refregaban su culo a los hombres y fue inevitable  no pensar en Gen haciéndome eso, la anhelaba como un maldito esquizofrénico. 

— ¡Andrew! — De frente veo llegar a Josh junto a un vaso rojo. — ¡Por un momento creí que no vendrías! — grita a mi oído

— Bueno… Necesito conocer a las chicas del lugar y qué mejor forma que en una fiesta. — respondo con chulería.

— ¡Ese es mi amigo! — Josh palmea mi espalda. — ¡Ven, te presentaré a los chicos!

Sigo a Josh entre el tumulto de personas, algunas chicas me veían y mordían sus labios mientras que me recorrían con la mirada y por supuse yo no me quede atrás. Entramos a un salon con cortinas y telas de color rojo, dentro había un sillon de color negro y allí varios chicos con mujeres sentadas en sus piernas, dento de la habitación no se escuchaba tanto la musica.

— Chicos, quiero presentarles a mi buen amigo Andrew Matarrazí, tratenlo bien, es una persona importante. 

— ¿Importante en que? — cuestiona uno de los que estaba sentado 

Enarco una ceja ante el recibimiento. 

— Andrew tiene muchos contactos, su padre es muy influyente, incluso tiene una fundación a la caridad, además que fue capitán del equipo de fútbol en la escuela. — Interviene mi amigo antes de que hable.

— Eso no es suficiente y lo sabes querido Josh. — otro chico habla. 

— Yo no tengo porque demostrar nada a nadie cuando mi nombre y apellido habla por sí solo. — Sonrió con orgullo. — pronto se darán cuenta, ahora, prefiero ir a la fiesta que esta reunión de falsos gangster. — suelto una carcajada. 

Salgo de aquel con el pecho en alto, no necesitaba de un grupo materialista como lo eran ellos, viéndolo desde un punto de vista más maduro, Josh junto al resto de “Amigos” en la escuela fueron muy interesados al estar conmigo, y es que estar a mi alrededor puede traer tanto beneficios como una tragedia. 

Tomo un vaso que estaba encima de un barril, lo lleno con cerveza y le doy un trago largo, lo relleno y me dedico a ver a todas las personas en el lugar. Hasta que mi mirada choca con la de ella. 

Una sensación de furia se instala en mi estomago, ella se encontraba refregando su culo a otro chico, le doy un trago a mi cerveza sin quitar mi mirada de la suya, no me gustaba verla con ese chico, ese completo desconocido. 

Sin embargo en un parpadeo los pierdo de vista, en mi desespero la busco con la mirada y la veo justo cuando está saliendo de la casa para ir al patio trasero.

Pero lo que vi minutos después me jodio toda la noche, ver como ese tipo le echaba un polvo blanco a un vaso de cerveza, seguramente ese se lo iba a dar a Genevieve y yo no lo iba a permitir. 

Romperle la cara era lo primero en mi lista, definitivamente lo iba a disfrutar, pero Genevieve salió de mi perímetro y quería saber si se encontraba bien.

La veo irse lejos de mi y esas ganas de ir tras ella me invaden con locura, pero primero tenía que arreglar algo con el sujeto que la intentó drogar. 

— Estás muerto. — es lo primero que le digo cuando me giro a verlo. 

— Amigo será mejor que no busques problemas, ya echaste a perder mi noche, así que lárgate de mi vista. — El rubio se acerca más a mi de forma amenazante. 

Dibujo una sonrisa diabólica, él no sabía con quien se había metido, doy dos pasos hacia atrás, levantó mi mano derecha y con mis dedos hago los cuernos. 

— Te acabas de meter con el mismísimo diablo. — hablo. 

— ¡Ja, ja, ja! — se carcajea con sarcasmo. — no te tengo miedo. 

— Yo que tu mejor me cuido la espalda. — amenazó. 

— Si, si, como tu digas, mejor ve detrás de mis sobras. — hace una ademán con su mano para que me largara de aquel lugar, asiento con mi cabeza con su rostro grabado en mi memoria, ese tipo definitivamente me las iba a pagar. 

Entró a la casa nuevamente y entre tantas personas busco el rostro más conocido, pero ella no estaba por ningún lado, parecía como si se hubiera esfumado de la faz de la tierra. Pero aquella voz en mi cabeza, estaba haciendo muchas preguntas a la que no había respuesta alguna, no tengo ni la más remota idea de porque estoy tan ansioso por encontrar a Genevieve, cuando en el pasado fui una completa porqueria y lo debo admitir, pero ahora mismo ella debe estar drogada en algún rincón de la casa gracias a aquel iluso. 

Divisó a la chica con la que vino y rápidamente me acerco. 

— ¿Dónde está Genevieve?

— A ti que te importa. — hace un ademán con su mano para que me alejara y en su rostro pude ver un gesto de desagrado, eso quiere decir que ya Gen le contó lo que hice en el pasado. 

— Hablo enserio niñata, necesito saber donde esta. 

— Ella está bien, con un hermoso rubio en el patio y ni se te ocurra dañarles el momento. — me advierte con su dedo índice. 

— No, ese idiota intento drogarla. — le informo. Ella de inmediato cambia de semblante. — Yo lo impedi y entró a la casa, ahora no la encuentro. 

— ¡Imbécil! — Ella pisotea duro en el suelo. — ¿Cómo sabes que él hizo eso? 

— Oye, ahora mismo no es momento para cuestionarme nada, debemos encontrarla, no sé si alcanzo a darle un sorbo a la cerveza. 

— Está bien. — Pasó sus manos por todo su rostro lleno de sudor. — Cariño debo irme, algo pasó con mi amiga, fue un placer conocerte. — La chica le da un beso a un moreno y luego se aleja. — Ahora vamos engendro del demonio. 

Me tomó del brazo y nos alejamos de los parlantes de sonido para ir directamente a la salida de la fraternidad, algunas personas se encontraban tiradas en el césped completamente borrachas, como odiaba cuando las personas se excedían de tragos, en ese estado cualquiera es débil y pueden ser atacados con facilidad, pero seguramente ninguno de ellos está dentro de la mafia donde bajar la guardia es el peor de los errores.

Divisó a  Josh gracias a los tatuajes que tiene en su brazo derecho. 

— Amigo ¿Viste a Gene…? — No terminé de hablar cuando mi mirada se fijó en la chica de cabello rojo.

— Mira a quien me encontré. — dice emocionado Josh. — Patito feo sí que ha cambiado como me dijiste. 

— ¡Agh! — Genevieve coloca los ojos en blanco. — Yo solo quiero ir a mi m*****a habitación, así que si me permiten. — hasta ahora me percato que Josh la tenía agarrada del antebrazo, Gen se suelta de un solo tirón.

— Definitivamente ustedes dos son una m****a. — la amiga de Gen interviene y le toma la mano. — Será mejor que se alejen de ella o seré para ustedes como un grano en el trasero.

— Uh… me gustan las chicas fuertes. — Josh mira de arriba abajo a la chica. — ¿Cómo te llamas linda? 

— Me llamo “Cara de culo” — ella le saca el dedo de enmedio. 

— Mmm, no sabes como voy a disfrutar de esta cacería. 

— Deja de alucinar mejor, y aleja a tu amigo de Gen. 

— Mejor vámonos de aquí. — Genevieve le dice a su amiga. 

— Sí, eso haremos, vamos. 

Las dos se dan la vuelta dándonos la espalda y comienzan a caminar lejos de nosotros en dirección a las residencias. 

— ¡Esperen! — exclamó. Las dos detienen sus pasos y me acerco hasta donde están. — No se van a ir solas, ya está todo oscuro.

— ¿Y desde cuándo Andrew Matarrazí se interesa por mi bienestar? — Gen enarca una ceja.

— Sabes Genevieve, yo puedo ser un patán, egocéntrico, narcisista, etc. No dejaría que dos chicas se fueran solas a mitad de la noche.

— Que considerado te has vuelto. 

— Aunque no lo creas… si lo soy. — nuestras miradas se cruzan, ella es la primera en apartar su vista, sin embargo yo la quería seguir mirando. Rebusco en los bolsillos de mi pantalón hasta encontrar mi teléfono. — Hola, sí, puedes venir con el auto, necesito que lleves a dos amigas… ok. — Cuelgo la llamada. — Ya viene el carruaje. 

Un silencio incómodo se instaló entre Gen y yo, su amiga me daba igual si estaba o no, ella simplemente es un peón que no me dejo estar a solas con ella tan siquiera unos segundo. 

Mi auto blindado se estaciona en frente de nosotros, Genevieve me mira sorprendida ante la gran nave que tengo, el hijo de Arnold Matarrazí no puede tener un auto que lo ponga en peligro debe tener el mejor y no hay mejor auto para proteger a Gen… y a su amiga que el mio. 

El vidrio del copiloto se baja y mi guardia con un simple gesto me pregunta. ¿Todo bien? 

— Por favor llevalas a las residencias, cuando entren me avisas, así podré estar tranquilo. 

— Como diga señor. — sube el vidrio negro y me acerco a abrirles la puerta para que subieran. 

— ¿Cómo sé yo que no me van a secuestrar? — Genevieve se hace a un lado. 

— No lo van a hacer, créeme, estás en el auto más seguro de la tierra junto a hombres entrenados para matar a cualquiera que esté dispuesto a hacerme daño. 

— ¿Qué puñetas eres tú? ¿Un mafioso? — en el tono de la amiga de Gen pude notar el humor, pero si ella supiera que era verdad se caería de culo al suelo.

— Vamos cariño, sube al auto. — mi voz sale más tenue 2

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