Eran las 7:00 de la mañana. Alicia ya estaba lista; se había levantado temprano ese día, no iba a permitir que se retrasara en su trabajo nuevamente. Tomó el teléfono e hizo una llamada. —Buenos días, ¿en qué le puedo ayudar? Contestaron al otro lado del teléfono. —¿Bueno, señor Enrique? Soy Alicia Torres, secretaria del señor Axel Caballero. El motivo de mi llamada es para confirmar la hora para ver el terreno de construcción. ¿Recuerda que le comenté que, si cerrábamos trato, usted construiría las nuevas oficinas aquí en Miami? —¡Ah, sí!, ya recuerdo, señorita Torres, ¡sí claro! —Sí, señor Enrique, el señor Caballero firmó el contrato y quiere ver hoy el espacio. ¿En qué horario podríamos ir? —¿Le parece a las 2:00 de la tarde? —Me parece perfecto, le envío la ubicación y nos vemos ahí. —Sí, señorita, entonces nos vemos. Que tenga un buen día. – Igualmente. Respondió Alicia. Alicia salió de la habitación, tocó la puerta de Axel, pero no salió nadie. —¿Dónde estará? ¿Habrá
Ese día en la mañana, Alicia arregló todo su equipaje, pero recordó que había olvidado la muñeca que prometió a su hija. Habló a la empresa, dio los nombres de los hoteles del convenio, informándole que en 10 minutos le mandarían por fax los documentos.Salió de la habitación y, al estar en recepción, avisó que llegarían dos documentos; uno se mandaría al hotel "Esmeralda" y el otro correspondía a ese hotel. Para eso, su jefe se reuniría con el dueño a las 2:00 de la tarde.Alicia salió del hotel al dejar todo resuelto.Eran la 1:30 y ya había recorrido muchas tiendas y aún no encontraba la muñeca perfecta para su hija. Vio su reloj y concluyó que no alcanzaba a llegar a la firma de convenio del hotel. Tomó su celular y marcó a recepción, para pedir que la comunicaran con la habitación de su jefe. Después de unos segundos de espera, él por fin contestó.—¿Diga?Contestó esa voz que hizo erizar su piel, aunque no entendía el porqué. Sí, siempre hablaba con él. Finalmente, ignoró esa sen
Axel y Alicia se encontraban viajando en el auto cuando Axel recibió una llamada.—¿Sí? Ajá, sí, ya voy para allá; la dejo en tu casa. ¿No? ¿Cómo? Pero tengo una reunión.Axel suspiró preocupado mientras guardaba silencio para escuchar la voz del otro lado del teléfono.—Sí, no te preocupes, yo veré qué hago. Sí, claro, nos vemos.Axel colgó el teléfono.—Señor, ¿pasa algo malo?Preguntó Alicia, preocupada.—No, no es nada malo, solo que estamos justos para llegar a la reunión. Tenía que ir por mi hija al preescolar y su mamá me pidió que si la puedo cuidar un poco más en lo que ella llega a su casa.—¿Hija?Alicia se sorprendió.—Sí, mi niña, ¿le sorprende? Usted nunca preguntó.Alicia recordó que sí iba a preguntar aquella ocasión, pero se había distraído con el heladero.—¿Y cómo se llama?—Gema, tiene 5 años.—¿Lo mismo que usted lleva de divorciado?—Así es, estábamos en el proceso de divorcio y ella me dijo que estaba embarazada. Decidimos tenerla porque, a pesar de todo, ella y
Al salir de la oficina, Alicia le pidió a Axel si podía llevarla a su casa para cambiarse de ropa; accedió a la petición de Alicia. Después de cambiarse con un atuendo negro, Axel y Alicia llegaron al velatorio y en la entrada de este lugar se encontraron a Celeste con un atuendo igualmente negro.—Mamá.Alicia abrazó a Celeste, y ambas comenzaron a llorar.—Hija, tranquila, hay que pensar que ya dejó de sufrir esa enfermedad, lo acabó.—Sí, mamá, aunque duele.—Lo sé, hija.Axel se acercó a Celeste, apenado por la situación que atravesaban; le hizo recordar el dolor de perder un padre.—Señora, mis condolencias, siento mucho lo de su esposo.—Muchas gracias... ¿Señor?Alicia se dio cuenta de que no lo había presentado a Celeste.—Lo siento, no los he presentado, mamá, él es el señor Caballero, es mi jefe, me trajo hasta aquí para no venir sola.— Señor Caballero, ella es mi mamá Celeste, bueno, realmente es mi suegra, es la mamá de mi espo... Mi exesposo.—Mucho gusto, señora, y sient
Abril junto con sus padres y su abuela estaban en el aeropuerto despidiéndose.—Mi amor, ¿llevas la muñeca que te traje de Miami?—Sí, mamita, me voy a portar muy bien, no te preocupes.—Está bien, amor. Te estaré llamando seguido e iré en tres meses a la visita.—Sí, mami, te amo.La maestra tomó la mano de Abril, sonrió con Alicia, que sabía que se iba en buenas manos, entraron al avión junto con los demás niños; Alicia lloró después de ver a su hija partir.—Hija, no llores, Abril estará bien, ella estaba muy contenta e ilusionada.—Lo sé, mamá, solo que será mucho tiempo sin ella, y ella no quiso que me fuera con ella; además nunca me había separado de ella.—Vamos, hija.Celeste tomó de la mano a Alicia.Gabriel se acercó a Alicia a pesar de las palabras que había dirigido ella hacia él y su novia días antes; su rostro era amable.—¿Quieres que te lleve a casa?Quiero decir, tu casa.Alicia estaba tan triste que no le importó y asintió. Se despidió de Celeste con un tierno beso sob
Alicia llegó a la oficina esa mañana más animada, saludó a Laura de la recepción; al subir a su departamento, se sentó en su escritorio y minutos después llegó Cameron, que saludó a Alicia de mala gana, cosa que ignoró Alicia.—Buenos días, señoritas.Saludó Axel.—Me da gusto verla de nuevo por aquí, señorita Torres. ¿Se siente mejor?—Sí, señor, gracias.—Me alegra, prepárese a las 10:00. Salimos a una reunión nuevamente con los de la aseguradora. En las últimas reuniones no me gustaron las condiciones del seguro; dijeron que hoy estaría listo para revisar.—Sí, señor.Axel entró a la oficina, donde estuvo largo tiempo sin llamar. Cameron archivaba unos documentos y Alicia preparaba todo para la reunión. Sin embargo, recordó que ese día vería a Luis, pero no podría almorzar con él debido a la cita con su jefe. Así que tomó su teléfono."Luis, hoy no podré almorzar contigo, tengo que acompañar al jefe a una reunión, pero nos vemos más tarde, ¿te parece?"Después de unos minutos, Luis
Alicia entró a su casa y, al encender las luces de esta, fue directamente a su habitación, donde tomó la maleta y colocó la ropa que llevaría al viaje. Guardó ropa para 4 días, aunque no sabía cuántos días estaría fuera. Se quitó la ropa y se metió a duchar. Después de un rato salió de la ducha, se colocó su pijama y se sentó en su sillón. No podía creer el día que había tenido; prácticamente había discutido con tres personas. La discusión con Gabriel no le importaba, él ya la tenía harta, pero con Luis, la lastimaba porque él era muy importante en su vida, pero se sentía realmente incómoda con la de su jefe. Era un sentimiento extraño para ella; se levantó y sacudió la cabeza, tomó el control de su televisor, lo prendió, entró a YouTube y puso la canción "Unbreakable" de Kim Hyung Joong. Cuando comenzó la música, comenzó a bailar. Era la primera vez desde hacía mucho tiempo que se sentía libre. Mientras lo hacía, recordó que a Gabriel siempre le había parecido absurda la música que a
El teléfono de la habitación sonó, despertando a Axel que se encontraba dormido. Axel despertó, se frotó los ojos y dirigió su mirada hacia el reloj que marcaba las 2:00 de la mañana. Había caído rendido después de que rechazara a Gloria en la puerta de su habitación; solo se había cambiado para terminar dormido.—¿Quién habla a esta hora?Exclamó un poco molesto.Levantó el teléfono para contestar; su voz sonaba más ronca que de costumbre.—¿Diga? ¿Quién habla?Preguntó Axel.—¿Señor Caballero? Disculpe la molestia y la hora; hablo del bar del hotel.—¿Del bar?Debido a que fue despertado de improvisto, no entendía muy bien de lo que hablaba el hombre a través del teléfono.—Sí, lo que sucede es que su asistente está aquí, y está ebria, y pues vamos a cerrar el bar, pero no quiere irse.—¿Mi asistente ebria? ¿Está seguro de que es ella? Quizás esté confundido.—Sí, señor, es ella. Es nuestra política llamar al acompañante de quien se alcoholiza, pero si gusta, puedo pedir que la lleve