Connor casi resbaló sobre la alfombra mientras encontraba la llave, se ponía una playera y salía corriendo hacia el departamento de… ella.
Abrió la puerta de golpe y la vio pegada a la pared que daba a su cuarto, con la mirada un poco perdida y tratando de agarrarse de ella.
—Connor…
Pareció como si en ese mismo segundo supiera que estaba a salvo, porque el cerebro de Malía se desconectó en ese instante. Cayó hacia un costado y Connor no pudo alcanzarla antes de que impactara pesadamente contra el suelo.
—¡Malía!
Connor llegó con ella y le levantó medio cuerpo, quitándole el cabello de la cara y sacudiéndola. Llevaba un simple camisón de dormir que estaba empapado en sudor frío y se le pegaba al cuerpo.
—Maldición, estás ardiendo en fiebre… ¡Malía! ¡Mal…!