Despierto con el sonido de pájaros, y una pequeña briza marina en mi rostro, estamos en la isla nuevamente, me siento en la cama y estoy sola, no sé en qué momento Azzael me trajo hasta acá, bajo la escalera y escucho ruido en la cocina, es mi ángel infernal cortando las frutas de siempre y exprimiendo mis naranjas, me abalanzo sobre él y lo abrazo por la espalda, tocando tu vientre marcado.
- Buen día princesa, ¿descansaste?
- Si amor, pero ¿en qué momento volvimos a la isla?
- Anoche, estabas tan cansada que no te diste cuenta, te dejé sola un momento para arreglar la cama y traer las cosas y luego te traje en mis brazos, no sentiste nada, te acosté y luego me acosté a tu lado, en sus sueños solo murmurabas Samael. Padre corre por favor. Así que te abrasé y dormiste tranquilamente.
- No recuerdo haber soñado, quizás solo fueron recuerdos intentando salir.
- Ven vamos a sentarnos para que comas algo, ayer fue un día muy difícil amor.
Lleva el desayuno a la mesa y nos sentamos a c