Capítulo 53: Denuncia por acoso.
SĀO PAULO.
No se escucha ni una mosca, pero no me confío, yo puedo salir, pero corro el riesgo que esté esperando que yo abra la puerta y la verdad no quiero escándalos, vivo en una zona residencial muy tranquila, los vecinos no toleran los ruidos molestos, menos los gritos de una mujer histérica, eso me puede traer problemas y siempre cuando ocurren estos casos el que se lleva la peor parte es el hombre, lo acusan de agresor, maltratador, violento, sin conocer las razones del caso.
Ya sé quién me puede ayudar con esto.
—Aló, Édgar Miguel.
—Hola Juan Carlos, te escucho preocupado, ¿qué pasa?
—Lo que tanto me temía, la loca de Julia está aquí.
—¿Aquí dónde?
—En mi apartamento.
—¿La metiste en tu apartamento?
—No, ella se presentó con maleta y todo, no sé quién le dio mi dirección, el caso fue que me tocó la puerta yo abrí y quería quedarse aquí, por supuesto yo no la dejé y la saqué, pegó varios gritos para que le abriera.