Sus ojos brillaban con una resolución y ansiedad sin precedentes, sus manos aferraban las sábanas como si fueran su único apoyo en ese momento.
Luis permanecía de pie junto a la cama, observándola con una expresión indescifrable.
—Luis, te lo suplico, ayúdame a salir de aquí —su voz sonaba baja y temblorosa, cada palabra surgía desde lo más profundo de su ser, con una súplica innegable.
Los ojos de Jenny se enrojecieron, las lágrimas amenazaban con caer pero ella se resistía obstinadamente. Su mirada reflejaba tanto miedo por el futuro como resignación por el presente.
Luis se erguía junto a la cama, su imponente figura proyectando una pesada sombra en la penumbra de la habitación.
La miraba fijamente, sus profundos ojos revelando una mezcla de emociones: compasión, resignación y una determinación indefinible. —Jenny, te lo prometo, pero debes entender que no será fácil. Las fronteras internacionales son más complejas de lo que imaginamos. Solo puedo hacer mi mejor esfuerzo para prepar