17. Nuestros miedos
La voz era inconfundible pero estaban tan concentrados que se sobresaltaron, — ¿Nana?
— Si, por supuesto, volví y si se deciden a salir del ascensor podemos cenar.
Alexa se levantó y se recompuso la ropa con la cara totalmente sonrojada, — Te extrañamos mucho Nana, han pasado unas mil cosas en apenas un par de días— , dijo abrazándola.
— Si, me di cuenta por todos los medicamentos que había en la cocina, al parecer no fue un fin de semana fácil.
— No, el niño quiso jugar en la lluvia y luego le dió fiebre.
Ella sonrió, — Desde pequeño ha sido así, no tiene defensas para mojarse pero le encanta, le daban fiebres muy altas y hablaba mientras deliraba— , ambas caminaron dentro del apartamento entre risas.
Eso le hizo recordar a Alexa que a pesar que parecían llevarse bien en este momento en su mente y su corazón estaba todavía su ex novia.
— Deberías contarme más así estoy preparada para los problemas de salud y de locura.
— ¡No me dejen aquí! Y no hablen como si no estuviera…
Patrick so