Capítulo Doce

Desperté de golpe por una molesta alarma que sonaba a mi lado, separé mi rostro que estaba pegado en la almohada y me percaté de que estaba en el cuarto de Max. Estiré el brazo para poder apagar el despertador y Max que estaba a mi lado ni siquiera se había despertado con el ruido. 

Ojalá pudiera dormir tan profundo como él.

Se encontraba de espalda hacia el techo, al estar sin camiseta sus músculos se marcaban en brazos y espalda mientras subían y bajaban por su respiración. Su cabello estaba desordenado y lo bese en la mejilla con suavidad antes de salir de su cuarto.

Últimamente ni duermo en casa, pensé.

Cuando por fin hab&iac

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