Capítulo 164
Amaloa estaba cerca. Observó la profunda angustia de Melinda. Sintió que sus piernas se volvían pesadas, como si estuvieran llenas con plomo.
La espera fue insoportable. Inesperadamente, Amaloa acompañó a Melinda en silencio durante una hora.
Cuando finalmente se abrieron las puertas de la sala de emergencias, apareció una enfermera.
Ella gritó: — "Familia de Serena Hancock".
— "Ese soy yo."
Melinda corrió hacia adelante ansiosamente.
La enfermera le entregó un documento y le dijo: — "Este es un aviso de enfermedad grave. Por favor, firme aquí".
—¡No! No firmaré. No puede estar gravemente enferma. ¡Por favor, deben hacer todo lo posible por salvarla! —suplicó Melinda desesperada.
Melinda perdió por completo el control de sus emociones ante la mención del aviso de enfermedad crítica.
El corazón de Amaloa se apretó.
Se acercó rígidamente a Melinda y le dijo a la enfermera: — "¡Haz todo lo que puedas para salvarla!"
La enfermera se quedó atónita al ver a Amaloa.
La mayoría d