Elizabeth sollozó y contuvo la respiración. Incluso cualquier persona sentiría pena al verla.
Ethan, sin embargo, estaba furioso. Gruñó: «Taylor...».
—Cariño, entra primero. Yo me encargaré de la situación —lo interrumpió Amaloa, asintiendo con la cabeza y señalando que quería encargarse de Elizabeth ella sola.
Su respuesta fue bastante sugerente: "Está bien, entonces. Pero hazlo rápido. Me muero de hambre".
Amaloa notó la palidez de Elizabeth con el rabillo del ojo. Luego miró a Ethan con furia. "Vete ya."
¿Desde cuándo Ethan se había vuelto tan dulce y pegajoso? Ya no era el venerable y despiadado líder del Grupo Brown.
Ethan le lanzó una mirada de advertencia a Elizabeth, quien estaba desplomada en el suelo. El cambio de actitud le provocó un escalofrío. Negándose a creer que la ignoraba, intentó aferrarse a su pierna.
«No te vayas, por favor no me dejes aquí».
Un grito espantoso resonó por toda la Villa Serenity. Amaloa había pisado brutalmente la muñeca de Elizabeth. El rostro de