33. Debo ir a Marejada
Mamá está, como casi siempre que llego, en la cocina. Logan y yo nos despedimos ayer muy temprano y hoy salí a primera hora hacia el pueblo.
El aroma de la comida inunda mis fosas nasales y tomo una gran bocanada de aire que quiero me llene el espíritu. Me siento llena de voluntad y felicidad. Muero de ganas de contarle todo a mamá. Sé que le dará mucho gusto por mi. Y solo espero el momento de presentarle a Logan y que finalmente desentrañemos este misterio.
Camino hacia ella que ya se ha acercado a la puerta y nos fundimos en un abrazo intenso y cargado de emociones.
- Mamá -
- Shhhhhh - me silencia. - Comamos primero. -
Extrañamente comemos en silencio.
Mamá está muy seria. Parece que algo le preocupa. Tengo la impresión de qué me va a decir algo importante, pero de alguna manera no se atreve a hacerlo.
Busco su mirada, pero no logro establecer contacto visual.
- Mamá, te encuentras bien? - pregunto tímidamente.
Sin mirarme, deja la cuchara sobre la mesa, se limpia lentament