Merece encontrar el amor de un buen hombre.

Alondra y Alejandro partían esa mañana, sus tres hijos sé. Despidieron de ellos, alondra los beso y pidió que se cuidaran, pues saldrían por varios días, Alessandro les dijo que todo estaría bien, que no se preocuparan, el cuidaría de sus hermanos, Alisson se despidió de su padre.

- Tu hermano cuidará de ti mi dulce princesa, no te preocupes de nada, él sabe qué hacer, concéntrate en tus estudios.

Alejandro no sabría que Alondra la había dejado a cargo de sus obligaciones, ella quería demostrarle a su padre que podía hacer mucho, que ella era más fuerte de lo que él creía.

Ese día Alisson se dedicó a revisar papeleo de su madre, alondra la había preparado para manejar el castillo en su ausencia, todo parecía sencillo para Ali.

Mientras tanto Alessandro estaba ocupándose de las obligaciones del Rey, él sabía todo lo necesario, pues Alejandro en varias ocasiones lo observo trabajar, le dejaba todo tipo de obligaciones desde revisar documentos, hasta hacer sus rondas a los alrededores, él podía entablar pláticas y reuniones con los nobles, sabía cómo tratar a cada uno, pues había muchos que eran molestos y con cada oportunidad molestaban a Alejandro con banalidades. Con asuntos tan soberbios, riqueza, propiedades, pero Alessandro sabía tratar con ellos, era un Joven de carácter fuerte y decidido, todos sabían que en ausencia del Rey, su hijo el príncipe sabía lo que se debía hacer.

August, estaba ayudando a Alessandro, él comenzaba a aprender del manejo del castillo, su madre siempre lo había disculpado de sus obligaciones, pero su padre fue muy enérgico, tienes que aprender a manejar el castillo, algún día serás muy importante para el Reino y serás la mano derecha de Alessandro, tú serás el Consejo que él necesitará, tu forma de ser será muy importante para que tu hermano siempre vea más allá de sus ojos, aunque tú no lo creas, tu consejo siempre será valioso para él. En realidad él lo sabía, Alex siempre lo había protegido, nadie nunca lo había ofendido pues sabían de lo implacable que era Alessandro.

Los tres se reunieron a comer juntos, Alessandro invitó a Jason a comer, ya que después de la comida saldrían del castillo a una reunión con un Duque.

Al llegar al comedor, August vio a Alessandro y a Jason, el saludo a ambos.

- Hola no habéis comenzado a comer, perdón por la tardanza, estaba revisando unas cosas, y mi hermana, no comerá con nosotros?

- Si ya mande llamarla, vamos a esperar para comer juntos.

De pronto escucharon abrirse la puerta del comedor, Alisson entró, y saludo a sus hermanos, pero no a Jason.

- Hola Alex, Hola Huggi.

Así llamaba de cariño Alisson a August, el pequeño Huggi.

Alessandro carraspeo, para decirle con una mirada a Alisson que tenían compañía, ya que Jason estaba ahí. Pero Alisson hizo caso omiso y se sentó al lado de Huggie, para comer junto a él, pues ese día no habían tenido tiempo de verse ni platicar, así que ella comenzó a preguntar como había ido su día.

- Pues te diré Ali, con la ayuda de Alex, todo es más sencillo, él es muy paciente.

- Sabes que siempre es un placer hermano, enseñarte lo que necesites, tú sabes que padre quiere que te prepares.

- Si él me lo dijo, madre no estaba muy convencida, pero al final aceptó, de hecho a partir de mañana iré temprano a entrenar contigo, me supongo que ya lo sabías.

- Si eso también quería hablar contigo, te mandaré llamar muy temprano, así que duerme bien. Mañana será un día pesado para ti, pues no estás acostumbrado.

Jason veía a Alisson de reojo, pero ella lo ignoraba, y si lo veía era con furia, quería que le quedará claro que no quería tener nada que ver con él, ni siquiera un saludo.

-Ali como te fue, si necesitas ayuda yo puedo...

Alex se ofrecería a ayudar a Alisson.

- No hermano, no te preocupes, gracias pero yo puedo hacerme cargo de todos los deberes de madre, ella me ha enseñado bien, creo que es más mandona que padre, y más exigente, pero padre no sabe que ella me enseñó, todo lo que habría que saber, a veces siento que él no confía en mí, es un poco frustrante.

- No pienses eso mi querida Ali, padre solo trata de protegerte, eres su única princesa, sabes como somos de protectores contigo, esa es la razón por la que nunca te casaras, ahuyentaremos a cualquiera que venga a hacerte alguna proposición.

- Valla no es que me importe mucho, pero es un poco injusto, tú pronto comenzarás a buscar esposa, que no está mal, que me ahuyenten a mis pretendientes.

- Si pero yo seré Rey, y tengo que encontrar una dama digna de convertirse en Reina, tú, en cambio, podrás vivir aquí siempre, y nunca tendrás que rendir cuentas a ningún hombre, serás libre hermanita.

- Que opinas Jason, verdad que será divertido espantarle los buitres a Alisson. Ha, ha, ha.

Alessandro reía al pensar en todos los jóvenes que le ha ahuyentado a Alisson.

- Creo que tu hermana merece encontrar el amor de un buen hombre, se merece que alguien la cuide y la haga feliz.

- No la verdad, es que los hombres son unos mentirosos, las pobres jóvenes les entregan sus atenciones y cariño y ellos van por ahí besando a cualquiera que se deje, yo no necesito que nadie me proteja, pues me bastó sola, y si no fuese así, mi padre y hermanos siempre estarán para mí.

Jason se quedó serio, parecía triste, y siguió comiendo, en silencio.

Los cuatro terminaron de comer y se retiraron a sus obligaciones, tenían trabajo que hacer, y no podían permitirse retrasarse, ya que manejar el Reino al día era trabajo pesado, si se retrasaban solo se acumularía el trabajo, y sería complicado ponerse al día, Alisson se fue pensando en lo que Jason había dicho, ella lo odiaba, o al menos eso intentaba, trato de concentrarse en su trabajo, eso la despejaría de pensar en cosas que no valían la pena.

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