Las vacaciones de verano fueron muy cortas, por supuesto que fuimos a Houston Texas ir a ver a los abuelos era mi más grande anelo, ya casi era una señorita con tan solo 13 años comprendía que empezaría a dirijir mis estudios con más esmero, para eso mi madre había escogido un buen colegio donde empezaría a formarme en administración de empresas, faltaba para la universidad pero mi madre quería que empezará con los estudios.
Durante la vacaciones paso algo extraño, sumamente extraña a decir verdad, era una semana antes de irnos a nueva York me encontraba sentada en el hermoso jardín de mi abuela en aquel en el que me ponía a pensar cuando era tan salo una niña en mi futuro esposo y a hora me encontraba sentada pensando en Adam y de dónde se encontraría, cuando escucho su Dulce voz masculina de Jey.
~ Buenas tardes señorita Montemayor, por qué tan triste~
~ y..¿ por qué piensas que estoy triste?~
~si no es así mireme~
Al voltear a verlo