Carl: momentos 2
—Bueno, pero primero debes graduarte —le dije y ladeé una sonrisa.
—Y tú irte de aquí.
—Sabes que va a pasar, aunque yo no quiera.
Quedó ahí, en el plan de vivir juntos. Sabía que, aunque eso no fuera a pasar, Mateo necesitaba una esperanza de salir de esos problemas que, aunque yo no supiera cuáles fueran, era evidente que sí los tenía.
Nos despedimos y Mateo se fue. Pero mi malestar seguía ahí, en mi pecho.
A eso de las siete, no soporté más y decidí ir a la casa de Mateo, tomar cualquier excusa para hablar con él.
Decidí decirle que me acompañara a Santa Marta el día que tuviera mi examen de admisión y así los dos conociéramos la ciudad, sabía que mi padre, con tal de que yo estudiara en la universidad de Santa Marta, le pagaría los