Mis lágrimas empezaron a salir ya por fin, estaba cargada e indignada, no entendía cómo un hombre podía hacerle tanto mal a una mujer embarazada. Escuché unos pasos aproximarse, en ese momento sentí un gran miedo, cerré mis ojos esperando mi sentencia.
-Levanta tu rostro-Dijo el hombre, pero…Esa voz, esa voz la conozco perfectamente, mi estómago brincó y mi corazón empezó a latir más de lo normal, no quería abrir mis ojos y encontrarme con esa realidad, en el fondo sabía que era él. Pero la otra parte me negaba, por esa razón no quise levantar la mirada-¿Acaso me tienes miedo?-Preguntó con voz fría. ¡No! ¡Es él! Mi cuerpo empezó a afligirse, y un nudo en la garganta me hizo estallar del llanto.
-¿Por qué me haces esto?-Dije con la voz quebrada, aún con mis ojos cerrados. Sentí su cálida mano situándose en mi cabeza.
-Porque tú mismo me hiciste ser el hombre que soy ahora-Una caricia abordo mi cuello, pero luego esa caricia se convirtió en dolor. Apretó mi cuello con fuerza.
-Por fav