-¿Preparaste esto?-Dijo mientras prueba los espaguetis.
-Si, de hecho la hice con mi hermana.
-Me encanta-Lamió sus labios-¿Ahora sí me contarás qué sucede? ¿Por qué tu hermana está en casa?.
-Esta bien, te lo diré, peleé con mis padres y me echaron de casa, bueno, mi hermana se quiso venir conmigo.
-Entonces es por eso.
-Si, es por eso. Y también nos vamos a quedar unos días-Miento otra vez, Dios no soy capaz de decirle la verdad.
-En estos momentos vamos para donde tus padres-se levantó de la mesa y me tomó de la mano.
-¡Espera!-gritó y él me sostiene con más fuerza.
-He dicho que vamos para donde tus padres, no tienes porqué pelear con ellos, son unos ancianos, me imagino.
-No Deivis, no puedo ir a casa, mis padres son muy malos-Soltó una risa de nervios.
-¿Qué tan malos pueden llegar a ser los viejos?-Asentí.
-Lo juro, son muy malos, ellos nos castigan.
-Coral, ¿me estás mintiendo?
Trague grueso. Me dió justo por dónde duele.
-No, no estoy mintiendo-medio río para disimular.
-Ento