-¿Acaso ocultas algo?-Preguntó ella con la ceja enarcada.
-No, no estoy ocultando nada -le dije casi al borde de la muerte.
Carolina sin mediar palabras, se acercó y verificó.
-Creo que tienes que dormir.
Al parecer no se percató de nada, si lo hubiera hecho me lo habría dicho.
-Carolina, ¿Aún tienes la misma actitud?, vamos no seas pesada, huyamos de aquí.
Carolina se volteó y me miró con una mirada aniquiladora.
-Si no te callas en este preciso momento, te voy a cortar la cara-ella levanta el cuchillo y me lo pone en el rostro.
-¿Que haces hermana?-dije con la voz entrecortada.
-Ya no eres mi hermana-se acercó un poco más hasta poner el cuchillo bajo mi cuello. Trague horrible, temía por mi vida, pero era hora de despertar, y salir con vida de este lugar.
-Si eres mi hermana Carolina, sabes que es así.
-No, tu y yo no lo somos, todo este tiempo has sido engañada por nosotros, tú eres hija adoptada.
-¿Qué demonios dices?-creo que las drogas la están haciendo alucinar.
-Mi Hermano te