Amor en estación
Amor en estación
Por: Mili
Tu adiós

Era una tarde de otoño, las ráfagas de viento golpeaban sutilmente las ventanas dejando el frio en las calles y las hojas de los grandes árboles caían con gentileza, bajo el gran árbol de roble viejo de la cuidad me encontraba con el chico de los hermosos ojos azules que jamás nadie ha visto, el pelo castaño lacio caía sutilmente por su frente, no solo era el chico mas guapo de la cuidad, sino que además era gentil y caballeroso, la mezcla perfecta. Me encontraba recostada en sus piernas y no hacía nada más que admirar su belleza mientras me cuestionaba el hecho de como una persona puede mirarse tan atractiva sin siquiera hacer nada, no cabe duda que Dios tiene a sus favoritos. Cuando estábamos juntos solo pedía que el tiempo de detuviera, así permanecería en sus brazos siempre, no quería que eso terminara, como todos a sus 17 años

- ¿te quedaras a mi lado cuando tenga 100 años? - le pregunté de repente

Su mirada que en ese momento se hallaba perdida admirando los árboles que se habían tornado de un color marrón, se dirigió hacia mí y me sonrió

- ¿100 años? Ojalá viviéramos tanto Ema- acarició mi pelo obscuro

-solo responde- insistí

-si llegáramos a vivir incluso un milenio, permanecería a tu lado- respondió con dulzura mientras besaba la palma de mi mano- me has hechizado por completo, porque mi cuerpo y mi alma te pertenecen

No pude evitar ruborizarme, lo miré fijamente, admirando cada parte de él, quería recordarlo siempre, su voz, su aroma, su presencia, su sonrisa, todo, quería guardar estos momentos, meterlos en un frasco para poder revivirlo cada que lo deseé. 

-me tienes en tus manos Elliott, eres la única persona que amo y amaré 

Recuerdo esa tarde, como el cielo se tornó de un color naranja rojizo, las nubes parecían tomar forma, y como le viento sacudía las ramas con sutileza, las calles de otoño adornaron las calles aquel día

Pero todo amor adolescente tiene un final, un día me encontraba suspirando por él y hoy…hoy me ahogo en mi propio llanto, esta sensación de vacío es algo indescriptible, siento que el corazón me duele y quema por dentro, eh dejado de comer y mamá insiste que no es el final, me eh negado a salir y mis amigos dicen que debo olvidarlo, pero ¿Cómo olvidas a alguien de la noche a la mañana?

-Ema, hija, abre la puerta por favor- mi madre llama a la puerta, insiste que debo comer algo- Ema abre la puerta o traeré a alguien que la tire, tú eliges- esta vez sonó amenazante.

Me paré de mi cama con el pelo desalineado y los ojos hinchados y me decidí abrir 

- ¿Qué es lo que quieres? - pregunte de mala gana volviendo a mi cama 

Ella dejó la charola de comida sobre la mesa, se cruzó de brazos y me miró firmemente

-ya han pasado dos semas desde que esta encerrada, no puedes vivir así- trató de regañarme

Hundí la cara en la almohada tratando de controlar mis lágrimas

Ella miró el portarretratos, en el estaba enmarcada una foto de Elliot y mía en Disneylandia 

-Ema cariño- dijo en tono suave sentándose a un costado de mi cama- no puedes seguir así solo por un chico que no le importo en lo más mínimo abandonarte 

Negué con la cabeza mientras pataleaba

-deja de comportarte como una niña de cinco años-señaló 

Abandoné mi postura y tomé la foto con ambas manos, pronto las lágrimas cayeron sobre el cristal

-él me quería ¿entonces porque se fue de esa manera? No me dio una explicación, simplemente me llamó aquella noche en el lago, y ahí sentados en el muelle me dijo a secas “debemos terminar” después de eso me dejó sin más, no miró hacia atrás, solo se alejó lentamente- hice una pausa para limpiarme la nariz con las mangas de mi suéter- lo seguí pidiéndole una explicación y me miró con frialdad que sentí que se me apachurraba el corazón, solo dijo que no hiciera las cosas más difíciles 

-bueno hija, todos saben que sus padres se divorciaron y él estaba atravesando momentos difíciles

-yo estaba dispuesta ayudarlo- dije con exasperación

 

-tal vez no quiso involucrarte o valla yo a saberlo

- ¿te ha dicho algo su madre? - pregunté ansiosa 

-no se si debería decírtelo- vaciló 

-dime lo que sepas, no me tortures de esta forma

-al parecer él y el Dr. Connors se han mudado a Londres

- ¿se fue con su padre? ¿me abandonó? - trate de digerir todo esto en segundos- Ya veo, no fui tan importante para él como yo imaginaba- me limpie las lagrimas

-hija, no quiero que te hagas mas daño y para que no te hagas mas ilusiones, él se fue por tiempo indefinido o tal vez para siempre

Sentí como si alguien me echara encima un balde de agua helada, mi corazón palpitó con más fuerzas, sentí como se hiciese añicos y no era para menos, para mí Elliot fue mi primer amor y siempre será el único

-mamá, déjame a solas por favor- sugerí

Ella parecía preocupada y estaba dudando si sería eso lo mejor

-prometo que bajaré, solo dame un momento más a solas

-esta bien- dijo dándome un beso en la mejilla

Cuando ella cerró la puerta volví a retorcerme de tristeza, ahogue mi gritos con la almohada, no quería asimilar que no lo volvería a ver, todas esas caminatas de regreso de la escuela, esas charlas profundas mientras mirábamos a la luna brilla sobre el lago donde me confesó su amor, mismo donde terminó por abandonarme, los días de verano en los que salíamos en bicicleta a recorrer las calles, los días lluviosos en los que correteábamos bajo el agua y bailábamos como locos, todo aquello jamás volvería a pasar, todo esos momentos quedarían solo como recuerdos que pronto se tornarían borrosos en mi mente

Apreté la almohada contra mi pecho y me tumbé en la cama dando patadas al aire, quería cerrar los ojos y que al abrirlos él estuviera esperándome fuera de mi casa y que propusiera con esa sonrisa encantadora que saliéramos a tocar timbres como cuando teníamos 8 años.

Cerré mis ojos que pronto comenzabas a sentirse pesados, unos toques en la ventana me despertaron, al asomarme algo aturdida noté que eran mis amigos que lanzabas bellotas a mi ventana, Jule, Marco, Madi y mi mejor amiga Helaena estaban ahí 

-hey, ¿Por cuánto tiempo más seguirás guardado luto? – gritó Jule

Las luces de las calles ya estaban encendidas

-chicos ¿Qué hacen aquí? – interrogué 

Me tallé los ojos para visualizar mejor fue entonces que noté a un chico que sobresalía en estatura entre todos ellos, portaba una gabardina larga en color marrón, con un suéter de cuello alto obscuro debajo de este, sus pantalones negros y tenis blancos, por un momento mi corazón se aceleró al creer que se trataba de Elliott hasta que su pelo de color rojizo se me hizo visible, se encontraba recargado sobre el árbol de bellotas con los brazos cruzados, se trataba de Josh Roy , el mejor amigo de Elliott y hermano de Helaena

-Ema ¿piensas estar encerrada en tu plena juventud?, mueve tu trasero y baja- gritó Marco

-se los agradezco chicos, pero quiero dormir

-Hey, no hemos venido en vano hasta acá- reclamó Madi

Sabía bien que cuando ellos se proponían algo lo lograban

-bajo en un momento- exclamé con cierto gesto de molestia

Me miré al espejo y me asuste con mi propio reflejo, estaba echa un desastre, me sujete el cabello con un lazo marrón y baje en piyama

-buenas noches señora Lee. - saludaron al entrar. Mi madre se quedo sorprendida al verlos a esta hora

-por Dios Ema, parece que acabas de salir de una película de terror- habló Marco

-señora Lee, queremos llevar a Ema a una fiesta para que pueda distraerse- sugirió Helaena con amabilidad

Mi madre no tardo en aceptar la propuesta- me parece buena idea- aplaudió 

-mamá, chicos, no iré- dije mientras me recargaba en el barandal de las escaleras

-no queda de otras chicas, tendremos que arrastrar a Ema- sugirió Marco

-no creo que tengan que llegar a tanto- comentó mi madre- Ema ve a bañarte- me empujo hacia arriba

-de acuerdo- me rendí 

Los chicos dieron un salto de alegría, pero quien no se veía tan contento era Roy, es mas no sabia el echo del porque estaba en mi casa, nunca antes habíamos sido cercanos la única explicación que encontraba era que tal vez vino a cuidar a su hermana.

Me duché rápidamente, hacia algo de frio así que me puse un pantalón suelto con tenis blancos de suela alta, un cárdigan de rombos, me coloqué un lazo color marrón sobre la cabeza como una simulando una diadema

Cuando baje ellos estaban sentados bebiendo una taza de té que les ofreció mi madre, al verme se pusieron de pie

-esa es la Ema que conozco- dijo Jule

-Ema que envidia, quisiera verme así de hermosa todos los días- exclamó Marco

Roy seguía en su asiento sin mirarme

-señora Lee, traeremos a Ema de regreso a casa, no tiene de que preocuparse- se dirigió Roy a mi madre

-confío en ustedes muchachos

-nos vemos señora Lee- se despidieron todos 

Al salir me sentí aliviada de cargar un suéter conmigo, el frio sin duda me haría castañar los dientes, Helaena me abrazó y entrelazó nuestros codos para ir caminando juntas, ella sabía que estaba sufriendo, pero no quería sacar el tema frente a los demás, así que esa era su forma de reconfortarme

-Madi ¿no tienes frio con ese vestido tan corto? - cuestionó Jule

-cállate Jule- refunfuñó mientras se abrazaba 

-toma- dijo Roy ofreciendo su gabardina a madi 

-Josh, yo también empiezo a sentir frio- se quejó Marco

-gracias Josh- Madi lo miró con unos ojos brillosos, pero a Roy no parecía importarle, no era como si Madi le gustara, sino que lo había echo por amabilidad, él siempre fue así. Hasta ahora nadie había nombrado a Elliott y eso era un alivio para mi

-Josh, ese gesto tan amable es tan parecido a Elliott, ahora comprendo porque eran tan amigos, es la lastima que se haya marchado- las intenciones de Madi se escondían bajo una cara angelical que trataba de reflejar tristeza. Todos lanzaron a Madi una mirada feroz

-Ohio, que pena Ema toqué un tema delicado

Madi siempre había sido así, aun no supera el hecho de que Elliott se había fijado en mí. Quería ignorar sus palabras, pero esa es una herida que estaba aún estaba sangrando ¿han sentido ese nudo en la garganta cuando les mencionan a una persona que ya no está en su vida? 

-Madi, no cruces la línea- protestó Helaena

Todos detuvieron sus pasos mientras lanzaban palabras de enojo hacia Madi.

 

-vasta chicas. Agradezco esa consideración de su parte- trate de apaciguar las cosas. Madi- me dirigí hacia ella- puedes hablar de Elliott en el momento que quieras excepto frente a mi. De pronto el celular de Jule sonó rompiendo aquella tensión, al atender la llamada puso una expresión de enfado, al parecer lo que le dijeron le disgustó

-han cancelado la fiesta en el depa del amigo que les comenté, al parecer tuvieron problemas con los policías y se llevaron a todos bajo arresto

-uff, de lo que nos salvamos- sonó aliviado Marco. 

- lo siento Ema, te sacamos de tu casa para nada- se disculpó Jule tomándome de las manos

-no fue tu culpa- traté de tranquilizarla

-hay una feria cerca de aquí, tomemos el tren y estaremos ahí en 10 minutos- propuso Madi

-tendremos que correr para llegar más rápido a la estación de trenes- sugirió Helaena que parecía cansada solo de pensarlo

Hubo un momento de silencio, no sabíamos que hacer y parecía complicado correr a la estación, hacía frio y algunas de las chicas traían tacones

 

-bueno pues adelante esta la sala de juegos, podemos ir a divertirnos- hablé

Todos me miraron sorprendidos, luego se miraron unos a otros

-tranquilos chicos, estaré bien- sonreí. 

Ese era un lugar que frecuentaba con Elliott, uno de nuestros tantos lugares favoritos

- ¿estas segura? - preguntó Helaena

-claro- dije con seguridad

-bien, vayamos. 

Luego de caminar un poco llegamos al lugar, las letras grandes con luces en la entrada relucían. Al poner un pie adentro miles de recuerdos llegaron a mi mente, pero no era momento de llorar, mis amigas en verdad se esforzaron por sacarme de mi casa no podía defraudarlas

Estando ahí traté de divertirme, de verdad lo intenté, hasta que vi la máquina Dance Dance, Elliott y yo seguíamos apareciendo en la pantalla como el mejor puntaje. Todos parecían divertirse, Helaena estaba distraída con los juegos de simulación y otros se dirigieron a la sala de bolinche y el resto a la sala de karaoke. Vi que Roy salía fuera, la inquietud por preguntarle por Elliott era más fuerte que yo, así que lo seguí, él se sentó en el callejón algo pensativo, me le acerqué con lentitud y me senté a su lado. Él me miró de reojo sin darme ningún tipo de importancia 

- ¿Roy? - traté de llamar su atención

El volteó a verme con esos ojos verdes como el campo

- ¿sí? 

-tú y Elliott siempre fueron amigos, así que quería preguntarte si… 

-No-interrumpió fríamente

-pero si ni siquiera te eh preguntado

-se lo que me dirás, no sé nada sobre él por ahora, y no se porque quieres hablar sobre este tema si dijiste claramente que no querías escuchar mas su nombre  

Me quedé sin palabras ante su respuesta severa y seca, pero ¿Por qué diablos estaba actuando de esa manera? 

Él puso de pie y me dejó sola en la calle bajo el farol en el que los insectos dan vueltas. Tenia que encontrar una forma de localizar a Elliott, si Roy no me ayudaba tendría que buscar a su madre.

Las chicas salieron tiempo después y usé el pretexto que me dolía la cabeza para poder ya regresar a casa, tal como se lo prometieron a mi madre, llegué con ellos a buena hora

Al subir las escaleras la voz de mi madre me detuvo

-Ema, tienes que regresar mañana a la escuela de lo contrario repetirás- ordenó

Estaba consciente de como mi problema amoroso estaba afectando mi vida académica así que asentí sin poner excusas.

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