Decisión de olvido

Emma

llevaba los libros hacia la biblioteca como un encargo de mi profesora así que no pude negarme, estos eran demasiados, una fila de ellos que apenas podía ver el camino y por si fuera poco mis cordones estaban sueltos, una pisada y estaría besando el suelo

- ¿Ema? - preguntó una voz tratando de ver mi rostro a través de los libros

-oh Josh- exclamé sonriente

Sin decirme nada se inclinó para sujetar mis cordones, creí que no lo notaria en verdad estaba apenada

-no…no tenías que hacerlo- dije avergonzada

-un mal paso y caerías con esa…montaña de libro- miró la multitud- déjame ayudarte- tomó todos

-gracias Josh, pero en verdad no tienes que hacer, me quedaré con la mitad- sugerí

Caminamos por los largos pasillos hablando sobre cosas simples, al llegar a la biblioteca dejamos los libros sobre la mesa de la bibliotecaria

- ¿Qué clases tienes después?

-de echo esta fue mi última clase

-oh tus clases terminan antes que las de Helaena

-si, es lamentable que nuestros horarios no se topen este parcial- hice una mueca- siempre caminábamos hacia casa

-bueno yo podría acompañarte esta vez- sugirió acomodándose el pelo de la frente hacia atrás

-no tienes que hacerlo

-quiero hacerlo-comunicó

-de acuerdo, entonces vayamos a casa.

Caminamos hacia la salida sin prisa, relajados hasta que

-oh Ema- habló una chica que ni siquiera eh tratado- al parecer ya superaste a Elliott, me alegro ya que lo hayas echo ya que él tiene una nueva novia ¿no es así? - le pregunto a los chicos que se habían asomado a ver lo que sucedía

-No se dé que me hablas

- pobre Ema, aun no lo sabes, Elliott en su cuenta de i***a a publicado demasiadas fotos con la misma chica y a juzgar por los comentarios amorosos…

- ¿Qué? - sabia lo de la primera foto, pero lo había eliminado de mis amigos

-creo que a final de cuentas no fuiste la gran cosa para él

-repítelo- esta chica estaba acabando con mi paciencia si lo volvía a repetir me lanzaría sobre ella para arrancarle los pelos de la cabeza

-Creo que la señorita esta demasiado inmersa en asuntos que no le corresponden- interfirió Josh, luego se le acercó a la chica del pelo rizado para susurrarle en el oído unas cuantas palabras y por la reacción que mostró era de sorpresa y ¿miedo? Jamás había visto a Josh actuar de esa manera

-si alguien se atreve a molestar a Ema nuevamente con este tema, me tendrá a mi en su camino- la mirada de Josh era amenazante, todos se sorprendieron por la actitud que estaba mostrando ahora

-vámonos- ordenó tomándome de la muñeca llevándome lo más rápido posible de esa multitud

Él caminó por delante de mí sin decir nada, seguí aferrándose a mi muñeca en todo el trayecto hasta llegar al parque donde los árboles gigantescos ofrecían su sombra y debajo de ellos se encontraban los bancos pintados de azul, los niños reían y jugueteaban en las resbaladizas y columpios a unos cuantos metros, la campanilla del carrito de los helados resonaba, también podía escucharse a los demás vendedores ambulantes como los que ofrecían sus algodones de azúcar, los raspados y duces.

-suéltame- me molesté soltándome de su agarre debajo de uno de esos grandes árboles

-perdón Ema ¿te lastimé? - dijo preocupado

Estaba furiosa pero no era con él, era por aquellas personas entrometidas que opinaban sobre mis asuntos personales sin saber, aparte de eso sentía un piquete doloroso en mi pecho por lo antes mencionado

- Lo que ellos dijeron ¿es verdad? - pregunté sin levantar la vista

-No tienes que darles importancia a sus palabras…

-solo responde- alcé la voz furiosa

-es verdad.

La confirmación de Josh solo fue el detonante para que mi corazón de agitara rápidamente, mis piernas temblaron y perdieron fuerza, estuve apunto de caer, pero Josh me sostuvo ayudándome a sentar en aquellas bancas

-lo siento Ema, no debí decírtelo- sonó angustiado

-quiero verlo- dije tratando de mantener la voz firme- por favor necesito ver esas fotos y todo lo demás

-está bien- exhaló lamentable, sacó su teléfono del bolsillo- aquí esta- me lo ofreció

Entré a las redes sociales de Elliott y pude comprobar lo que tanto me ah atormentado todas las noches. Eran tantas fotos en las que él se veía muy alegre con la misma chica, en una cafetería, en la torre de parís, en los ángeles, y en otros lugares, es lamentable darse cuenta que en todo este tiempo en la que me la pasé llorando, él estuvo conociendo otros lugares con otra persona, se apropió de nuestros sueños de viajar y descubrir, esas metas las habíamos planeado juntos sin embargo ahora los estaba realizando con otra persona.

-Ema, no vale la pena que te sigas atormentando con todo esto

-gracias Josh- le devolví el teléfono, mi voz se quebrantó, pero aun así trataba de reprimir mis lagrimas

-No tienes que fingir ser fuerte, si quieres llorar hazlo, nadie te juzgara- dijo con una voz dulce

-esto no es justo- dije soltando mis lágrimas.

Entre sollozos me di cuenta que los chicos que paseaban en el parque portaban el mismo uniforme que nosotros, si me veían de esta forma tendrían un nuevo tema de que hablar.

Josh me abrazó repentinamente hundiendo mi cabeza en su pecho para que los demás no lo notaran, estaba sorprendida, pero a la vez tranquila de que fuera Josh quien me ayudara en este momento crítico, su aroma era exquisito y fresco, podía escuchar los latidos de su corazón acelerarse más de lo normal, quizás lo estaba poniendo en una situación difícil, pero Josh dijo que no tenía novia ¿cierto? Entonces no habría problema

-Llora todo lo que quieras Ema, estaré aquí siempre que me necesites- la suavidad de su voz era como un analgésico que calmaba mi dolor.

Elliot, si viajara al pasado y le dijese que me abandonaría en cualquier momento sin duda no me hubiese creído, ¿Cómo es posible que se olvide de un amor tan alegre como el que tuvimos? Hicimos tantas cosas juntos y los momentos que creamos eran en su mayoría felices, por lo menos yo no lo e olvidado, como olvidar aquellas tardeadas en las que paseábamos con la bici para admirar los hermosos colores en las que se tornaba el cielo, las veces que tocamos el timbre de los vecinos y nos escabullimos, por nuestras bromas tontas una vez nos persiguió un perro rabioso por la calle, tuvimos que treparnos a un árbol de bellotas en las que nos escondíamos entre sus ramas para aventarle las bellotas a las personas que iban pasando, él se colaba a mi habitación por las noches a pesar que podía y tenía el permiso de mis madres para acceder por la puerta pero siempre tuvo esa extraña costumbre, algunas veces nos escabullimos de clases y éramos perseguidos por la prefecta, y él siempre fue de esa manera tan libre y escandaloso como el mismo viento de una tormenta que arrasa lo que ve a su paso, las pocas veces en las que teníamos paz él me hablaba sobre su amor por mi y en esos momentos me sentía la mujer más dichosa porque él pudo haber elegido a muchas chicas y entre todas ellas me eligió a mí.  Recordando esos momentos me es imposible creer que ya me haya olvidado, le abrí mi corazón, me sinceré, le conté mis mas grandes penas y desgracias, le susurré mis miedos y él aun así se fue.

La persona que ahora esta en mis momentos críticos no es él, sino su amigo, los brazos que hoy me consuelan no son las de Elliott sino las de Josh, por una extraña razón me siento bien, me siento tranquila no se si esto esté bien o mal.

-Ema se que lo que te diré tal vez no sea lo correcto, pero… Elliott sin duda te amó en su momento, yo mas que nadie lo sé, te digo esto por si estas dudando sobre lo que algún día tuvieron

-en realidad ¿crees que una persona que te ama te dejaría sin darte una explicación? – me aparte de sus brazos mientras me limpiaba las lagrimas

-No tengo esa respuesta, pero Ema las relaciones son así, el amor es una espada de doble filo, quienes estén dispuestos a amar también tienen que correr el riesgo de sufrir

- ¿tienes miedo? ¿Es por eso que no te hemos visto en una relación? - cambié de tema

Él suspiro pensando en su respuesta y me regaló una sonrisa gentil

-el día en que yo ame a una mujer me asegurare de nunca hacerla llorar- hizo una pausa- es por ello que me eh mantenido alejado de las relaciones, no quiero desilusionar a nadie-agregó mirando hacia las ramas que se mecían por el viento suave

-qué suerte tendrá esa chica- le devolví la sonrisa

-por cierto, tengo algo para ti- dijo mientras revisaba su mochila

- ¿para mí? - pregunté sorprendida

Él sacó unos caramelos de su mochila, pero no era cualquier caramelo, eran mis favoritos desde que tengo memoria

-te ayudará a endulzarte la vida- me ofreció un puñado de ellos

-gracias- me animé a darle un beso en la mejilla, él me miró ruborizado- eres un gran amigo Josh- sonreí

-si, eso creo- dijo desanimado.

Ambos nos quedamos en silencio observando el ambiente alegre del parque

-Ema si gustas puedo contactar a Elliott para…

-no- interrumpí- es hora de que deje de buscarlo, no quiero parecer una acosadora

- ¿estas segura? – interrogó

- si quiero comenzar de nuevo debo soltar las cosas que me hacen daño

-entonces yo te ayudaré- se ofreció- ahora vayamos a comprar un algodón de azúcar- sugirió mientras me tendía la mano

La voz de Josh era tan dulce como los caramelos, su actitud gentil es tan suave como el algodón de azúcar, él es tan cálido como el sol en primavera. Esta sensación me hace recordar a mi infancia en la que Josh y yo éramos cercanos, las circunstancia eran similares, él siempre estuvo animándome en las situaciones difíciles, aun no se el porque se distanció tanto tiempo. Le preguntaré mas adelante.

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