Henry miró a la mujer con sus ojos fríos. "¿Dónde has estado?".
"Sa-salí a dar un paseo", respondió Jacqueline de mala gana con una sonrisa.
Un indicio de burla brilló en los ojos de Henry.
¿Esta mujer lo estaba tratando como a un tonto?
"¿No te dije que puedes vivir aquí, pero no puedes dar un paso afuera? ¿Te estás haciendo de oídos sordos?”. Henry se puso de pie y se acercó a Jacqueline.
Jacqueline dio un paso atrás. "No, no. Lo recuerdo. Salí a hacer algo, así que...".
"¿Qué es ese olor que tienes?". Henry la interrumpió. Olió un aroma inusual cuando se acercó a ella.
Jacqueline escuchó lo que dijo. Levantó el brazo y lo olió. "No huelo nada".
"Señor, ella está mintiendo. ¡Huele a gasolina!”, Sue dijo cuando se acercó y olió a Jacqueline.
Los ojos de Henry parpadearon. "¿Gasolina? ¿Por qué tienes este olor en tu cuerpo? ¿Qué has hecho?".
Jacqueline no esperaba que todavía oliera a gasolina y estaba tan asustada que su corazón casi se le sale por la garganta.
Pero para no