—Gracias. —Juliana se levantó para recibir la leche que él le entregó, agradeciéndole con cortesía.
Pero de repente, se dio cuenta de algo extraño.
—¿Vas a salir tan tarde?
—Sí, hay algunas cosas que debo manejar.
El rostro de Santiago no se veía bien, y su tono era serio y formal. Parecía como si a