—¡Por supuesto que voy a regresar! ¿Cómo podrías pensar eso? —preguntó Juliana sin comprender.
—Y además, ¿no dijiste eso? Mi cuñada está a punto de dar a luz, y dijiste que me llevarías a ver a mi sobrino. Si no vuelvo, ¿cómo vamos a ir juntos? —agregó con un tono inocente, revelando cierta sorpres