Juliana no le tenía miedo, ni siquiera a esa mirada penetrante de Emiliano.
Simplemente no entendía.
Apenas la noche anterior, él le había mostrado algo de paciencia. ¿Por qué ahora la miraba como si fuera su peor enemiga? Ella no había dicho nada ofensivo a Emiliano.
Pero Juliana dejó eso atrás ráp