—No te apresures a responder —interrumpió Juliana—. Tengo pruebas.
Antes de que Camila pudiera justificarse, Juliana hizo una señal y los dos jóvenes que jugaban cartas con ella sacaron sus teléfonos móviles.
En la pantalla se veía un video en el que Juliana entraba en la habitación y, apenas encend