—¡Lucas! Esta vez te has pasado. —Ese fuerte grito por parte de su padre me hace brincar en la cama, abro mis ojos sin saber que ha sucedido, miro a mi alrededor y me encuentro a Lucas metido otra vez en mi cama, su mano reposa sobre mi vientre y por increíble que parezca el grito de su padre no ha logrado sacarlo de los brazos de Morfeo.
—¿Dónde te metiste? —Vuelve a gritar, esta vez despierta poco a poco y cuando estoy por empujarlo de mi cama, tocan a mi puerta—. ¡Sophie, hija! ¿está aquí Lucas?
—Sí, está aquí escondido. —Respondo mientras observo atentamente la expresión de Lucas, quien frunce el ceño ante mi comentario—. Puede pasar. —Le indico y a los pocos segundo veo al señor Leónidas bastante furioso.
—¿Qué diantres tenías en la cabeza cuando hiciste semejantes declaracion