Era la mitad de la noche cuando Alis escuchó el golpe en su ventana y cerró los ojos un momento, orando por fuerza.
- Si es otro ANBU medio muerto, lo terminare de matar y lo mandare a revisar en la sala de emergencias- murmuró en voz baja, colocándose una bata ligera. Con facilidad practicada ella había envuelto su cara en una bufanda ligera. Se dirigió a la ventana y apartó las cortinas. Sus cejas se alzaron cuando vio a su visitante.
- Espera- dijo ella disipando sus trampas.
- Gracias- Taylor se deslizó adentro, cerrando la ventana detrás de él y colocando sus trampas en su lugar.
Ella frunció los labios detrás del fino algodón de su bufanda.
- Me sorprende que no los hayas cancelado y te hayas dejado entrar.
- Eso hubiera sido grosero y presuntuoso, esta es tu habitación.
- Podrías haber entrado desde la cocina o sala de estar.
- Tampoco estaba interesado en ser un caso de prueba para algunos de tus nuevos venenos-