Estamos sentados en la oficina de Alissa, leyendo contratos y revisando nuevos diseños, Ángello duerme a mi lado en la cuna que hemos instalado aquí para que Alissa pueda trabajar y estar con nuestro hijo. Mi mujer no soporta quedarse en casa sola y yo no soporto tenerlos lejos.
La veo recostarse en el sofá, me acerco a ella y me arrodillo a su lado.
-¿Te sientes mal?
-No, solo estoy cansada. La verdad que esto de hacer el cambio de alimentación a Ángello no está funcionando bien, pero tampoco quiero estresarlo.
-Vamos a tener que hacerlo, porque no es bueno para tu salud que amamantes y estés creando una vida allí – pongo mi mano en su vientre y ella bosteza -. Nos vamos, iremos a casa, yo me ocuparé de mi esposa y hoy me toca cuidar de nuestro hijo.
-Estás loco, falta una hora para que nos vayamos.
-Soy el jefe y me voy a la hora que quiero.
-P