Diego se quedó de pie con las manos en los bolsillos, su rostro mostrando una profunda melancolía: —Me temo que no solo quiere llevarse a Lunia, sino también a Clari. Clari siempre ha estado buscando una oportunidad para alejarse de mí, y esta es la mejor oportunidad.
—¿Qué debemos hacer entonces? ¿Deberíamos detenerlo ahora mismo? Si no, con su poder, realmente podría llevarse a la señora y nos sería difícil encontrarla.
Hernán siempre había vivido en la oscuridad y tenía muchos caminos ocultos para desaparecer sin dejar rastro.
Diego no podía ignorar esto, y su corazón estaba lleno de conflictos.
Le había causado a Clara una gran cicatriz en su corazón, y necesitaría toda una vida para sanar.
Si la obligaba a regresar por la fuerza, solo empeoraría su cicatriz y empeoraría la ya complicada relación entre ellos.
Pero dejarla ir ya era el límite máximo para Diego.
No poder ver a Clara y no saber si estaba a salvo le causaba dolor y preocupación constante.
—Haz que regrese, pero nosotro