Clara no sabía cuánto tiempo había dormido antes de despertar confusa y aturdida de un sueño, sin siquiera abrir los ojos, sintiendo dolor en todo su cuerpo.
Sin embargo, había una sensación fresca en alguna parte de su cuerpo. Levantó las sábanas y se dio cuenta de que ya le habían puesto un conjunto de ropa de dormir suave y cómodo.
La cama era acogedora y fragante. El hombre había sido tan atento que incluso había limpiado su cuerpo y aplicado medicina en su intimidad, por lo que no sentía hinchazón ni dolor.
Clara recordó lo que había sucedido y se sonrojó de inmediato.
¿Cómo iba a enfrentarse a Darío a partir de ahora?
No había rastro del hombre a su lado. Observó detenidamente y se dio cuenta de que no estaba en su habitación.
Tampoco había sensación de balanceo del barco.
¡Estaba en tierra firme!
¿Cómo había llegado a la orilla después de dormir una siesta?
Clara miró a su alrededor en este entorno desconocido, lo que la hizo sentir muy inquieta.
¿Y la niña?
Se levantó de la cam