Drew se separó tan rápido como mi vestido voló de nuevo a mi regazo. En ese momento, aquella mirada de culpabilidad que rondaba en mi cabeza era peor de lo que podía imaginar.
Alec. Estaba. Parado. Y. Esperando una maldita explicación. A lo mejor, alguien nos había visto o quizás fue repentinamente mientras me buscaba.
—¿Te sientes mejor? —preguntó irónicamente.
No supe que responder más que alejarme de Drew e irme detrás de él en cuanto cruzó el umbral de la puerta.
—¡Alec! ¡Espera! Puedo explicarlo, yo... —y me callé en el momento que todos estaban mirándome y algunos ni podían lograrlo. Alec se giró, su mirada de confusión y tristeza rondaba en su cabeza como si hubiera hecho algo peor.
—Oh, vaya, pues mira a la niña Richards —soltó una chica a mi lado d