93. Sorpresas
Horas más tarde
No sé qué planes tiene, tampoco tengo idea de donde me lleva; solo sé que mis ojos están cubiertos por una tela negra y sus manos sostienen las mías mientras me guía hacia algún sitio. —Si me caigo será tu culpa...— Le advierto y a pesar de que intento mostrarme seria; no puedo y rio de lo tonta que debo verme bajo este juego que solamente él está jugando en estos momentos.
—Jamás dejaría que te sucediera nada a ti ni a nuestros hijos.— Menciona y repentinamente siento su cálido aliento en mi cuello haciéndome suspirar de mil maneras diferentes. —Ustedes son mi vida entera. — Me susurra.
Este hombre es el más especial del mundo sin duda alguna; cada detalle de él me fascina y cada detalle que él tiene conmigo me enamora aún más. Jamás llegué a pensar que alguien podría hacerme sentir todo esto y lejos de tener miedo, me siento fuerte junto a él.
—Qué cálida brisa...— Comento cuando una ráfaga de viento hace que el infernal calor de verano disminuya.
—Tendrás que subi