65. Sé mi novia
Más allá de aquella vista de ensueño pronto cayó en cuenta que había sido secuestrada y además fue desnudada para ponerle aquella ropa, se incorporó con brusquedad y de pronto escuchó una voz detrás de ella.
— Al fin estás despierta—, dijo Arin con tono alegre, como si se tratara de una situación completamente normal en un paseo cualquiera.
— ¿Estás loco?, ¿Cómo se te ocurre hacer algo así?, ¿Eres tú quien nos seguía, verdad?, casi me matas del susto, pensé en miles de cosas malas.
— Si estoy loco, pero por ti, no me has dejado alternativa y ya estoy desesperado.
— ¿De qué hablas?, llevas días visitando a los niños y…
— Que también quiero visitarte a ti, no hay avances contigo y ya no lo aguanto.
— Nunca dije que sería parte del reencuentro con tus hijos.
— Para mí ellos son lo más importante, pero también lo eres tú. Te quiero mi vida y no voy a renunciar esta vez.
— ¿Y por eso te sientes en derecho de secuestrarme?, ¿Acaso soy de tu propiedad?
Él se acercó hasta ella puso los tragos