Clara inmediatamente preguntó:
—¿Junto con qué? ¿Por qué no lo habías usado antes?
—No había necesidad antes.
—¿Y ahora sí la hay?
—Sí.
—¿Por qué?
Felipe no le prestó más atención y colocó el quemador de incienso en la mesita de noche.
Al mirar el reloj en la pared, Felipe frunció el ceño de inmediato:
—¿Son las seis de la tarde?
Clara asintió:
—¿Qué creías? ¡Regina dijo que has estado durmiendo todo el día y ni siquiera te despiertas! ¿Qué tipo de tranquilizante es este? ¿Podría ser veneno?
Felipe la miró de reojo, se incorporó y se levantó para ir al baño, pero casi se cae.
Mareos, palpitaciones y nerviosismo.
Clara lo sostuvo rápidamente y dijo:
—Parece que estás enfermo. Deberías llamar a ese “médico milagroso” y preguntarle. ¡No es normal dormir tanto y despertarse así!
Clara sabía claramente los síntomas actuales de Felipe. Simplemente quería que Felipe llamara al “médico milagroso” para investigarlo, y preferiblemente que lo hiciera venir.
Sin embargo, la resp