“¡Zachary!”.
“No”. El hombre sacudió la cabeza.
Charlotte comprendió de inmediato que este hombre era Jebediah. La alegría en sus ojos desapareció instantáneamente, como nubes en el cielo, y se convirtió en desdén. “¿No sabes caminar, Jebediah? ¿Estás ciego?”.
Jebediah no estaba molesto en absoluto. En cambio, miró a Charlotte con una especie de dulzura y calma como nunca antes.
“Solía pensar que eras una p*rra manipulativa. Pensé que solo te casaste con Zach porque te atraía su riqueza y posición. Tu voluntad de pasar por un dolor tan grande solo para salvarlo me ha permitido comprender que me equivoque. Realmente amas a Zachary”.
“¡Ja!”. Charlotte se burló. “¿Y entonces? ¿Vas a hacerle caso a tu conciencia y le dirás a Zachary todo lo que Lorraine ha hecho y le dirás sobre mi verdadero amor por él?”.
Las pupilas heladas del apuesto y divino Jebediah mostraban un toque de culpa.
“Solo quería decir que lo siento”.
“¿‘Lo siento’? Interesante. ¿Son estas las lágrimas de un tibu