EVANGELINE
Llegó el lunes, realmente fue el mejor fin de semana que había pasado en todos estos años, se que Alex también lo había disfrutado, pero jamás lo aceptaría.
Llegué a mi lugar de trabajo, y me sorprendí, había un hermoso ramo de flores, leí la tarjeta y me senté o me caería de culo.
“Se que aun no me recuerdas, pero quiero verte, me pondré en contacto contigo. Si no me respondes sabré que no te interesa y no te volveré a molestar. Besos K”.
No sabía que pensar o hacer, por fin podría conocerlo o más bien recordarlo, pero ahora tenía a alguien más en mis pensamientos, podría no contestarle y seguir mi vida, pero sabía que la duda me carcomería y jamás podría dejar de pensar en él. Pero a la vez sentía como si estuviera engañando a Alex