"Lo que sea que estés utilizando para ocultar tu esencia y apariencia de mí, parece que tiene una debilidad, mi rebelde Luna hechicera~"
Tras ese pensamiento, una sonrisita curvó los labios de ese Alfa. Ella no entendió la emoción creciente que provenía de su destinado.
Al notar cómo ella respondía a su cercanía, la curiosidad de ese Alfa se había encendido como un fuego que no podía ignorar y ahora… Era demasiado tarde de apagar.
—Re… Rezef, hablo en serio —hizo Maray un nuevo intento por alejarse, esta vez buscando huir desesperadamente, lo empujó y caminó hacia el prado.
Alfa Rezef rápidamente la alcanzó y tiró de la muñeca de Maray, él la rodeó entre sus fuertes brazos en ese instante.
—No, mi rebelde Luna~ no vas a huir~ —una de las manos de ese Alfa, comenzó a deslizarse lentamente de la cintura de Maray hacia la cadera de ella, yendo un poco más abajo hacia el muslo… De ahí, levantando poco a poco la falda negra de ese elegante vestido.
Maray sintió la brisa noctur