―Muñeca. ―Acarició su ano. ―De verdad me encantas por completo. ―Gazania se tensó al sentir el dedo invadiendo su cavidad anal. ―Por favor… déjame hacértelo por aquí.
―No. ―Se negó. ―Y es mejor que saques tu dedo de ahí y no me bajes la calentura con tus ruegos. ―Aluhe gruñó desesperado y tomándola