―No. ―Dijo al mirarla nuevamente. ―No lo hice, sabes que no podría. ―Se guardó para él que estuvo a punto y gracias a Balto, su lobo, no pudo hacerlo. ―No lo hice, ¿De acuerdo? Ese día que discutimos es cierto que me fui de fiesta, pero no hice nada. ―Valentina sollozó.
―¿Por qué me haces sufrir de