— Te sorprende verme aquí - Siena tenía una actitud muy diferente a como Lidian la recordaba, la que recordaba era una Loba que no tenía entrenamientos y que necesitaba que alguien la protegiera, la loba que tenía enfrente de ella ahora mismo no solo había cambiado de carácter también de apariencia a eso había que sumarle que ya no tenía apariencia de embarazada - Contesta maldita bruja o te vas a quedar todo el tiempo del mundo observándome.
— Lidian sonrió con burla - No me digas que tu pequeña pareja te dejo venir sola, prácticamente a una muerte segura.
— Eso crees no te ilusiones, quizás la muerta termines siendo tú - Siena ya no era para nada callada y tenía la altanería en su vena.
- Tú supones que yo tendré miedo de una loba simple como tú cuando yo soy la bruja más poderosa - contestó Lidian.
— Tienes razón, podrás ser una bruja muy poderosa, pero no soy una simple loba - esta vez quien sonrió con superioridad fue Siena - Dime aquí es donde incubas a esos monstruos que según