—¿Duermes con ella? —murmuro desde atrás, para que solo él me escuche. Mi voz sale rasposa, apenas un susurro, pero él me entiende—. Dime, ¿se queda en tu habitación? ¿Duermen juntos?.
—¿Y bien, Alaric? —insiste ella, bajando los escalones con pasos lentos. Su tono ahora tiene una clara nota de mol