La cita con la médica fue muy bien, aunque ella se percató de mis golpes, pero no dijo nada, solo me miró con lástima. Ya estamos otra vez en casa y él me dice que me arregle, que me quiere lista en una hora. Así fue, en una hora ya estaba vestida, maquillada y peinada.
-Estás bellísima - me dice Izac mientras se acerca y me intenta dar un beso, pero yo me niego, así que él toma con fuerza mi mentón y me besa a la fuerza.
-Espero que te comportes, no querrás que pase lo que pasó ayer - pienso, cada día te estoy odiando más.
-Como sea, ya vamos - dice Izac mientras maneja hasta llegar a un salón enorme. Durante este tiempo, Izac se la ha pasado hablando con un hombre de unos 50 años, y se nota que tiene cara de malo.
-Izac, voy al tocador, ya regreso - tomo su mano y me da una mirada de advertencia.
Llego al baño, hago mis necesidades y siento unas patadas en mi vientre. Sonrío al pensar que tengo vida dentro de mí.
-Las amo tanto - susurro.
-Y yo a ustedes, mi ángel...
Paolo
N