El día que mi padre cumplieron tres años muertos me lo pasé mas o menos bien, me había despejado, y no había llorado tanto como otras veces hacía, eso se lo tengo que agradecer a Draven. Él me hizo reír y hacerme sentir menos sola.
Me encontraba sentada en el sofá mirando hacia la pantalla de la televisión apagada.El timbre sonó.Extrañada me levanté. Pues no esperaba a nadie. Jazmín me solía llamar antes de venir y Draven entraba como si fuera su casa.Abrí la puerta y casi la cierro de golpe al ver quien era.—¿Así tratas a tus invitados? —Sonrió y pasó sin yo darle permiso.Era Aiello.—Pasa, pasa —dije irónica y cerré la puerta.—Venía hablar contigo —se sent&oa