— Escuché que vas a divorciarte… — El segundo al mando, bajo Francesco en la compañía, se atrevió a comentarle en la oficina mientras él revisaba unos documentos.
Francesco levantó la mirada contrariada ante tanto atrevimiento.
— ¿Y qué te hace pensar que puedes hacerme ese comentario?
— ¡Francesco por Dios! No es como que no nos conociéramos desde la universidad y no pudiera tener la confianza de decirte esto, agradece más bien que no te dije nada cuando explotó la bomba en tu casa.
— André, sabes que no me gusta hablar de eso… — Se zafó del tema creyendo que el otro lo dejaría zanjarlo tan fácilmente.
— Pero deberías, deberías porque te estás ahogando Francesco, y confías en la persona equivocada…
— ¿A qué te refieres? &m