El camino de Dave era distinto al de Lucas. Tenía el poder de pedir mucho más. Podría haberse quedado con la empresa si hubiera querido. Pero no lo hizo. Eligió algo pequeño.
Lucas soltó una risa, aunque sonó amarga. Había un matiz de burla en ella, dirigida principalmente hacia sí mismo.
Esas palabras habían tocado algo profundo dentro de él. Desmoronaron los principios de los que antes se sentía tan orgulloso.
En ese momento, pensó en su difunta esposa y en su hijo mayor.
Ellos nunca habían sido como él. Y Dave tampoco lo era.
Pero Rupert, el que más se parecía a él, resultó ser quien intentó destruirlo todo. Casi acabó con el Grupo Evans.
Parecía que el destino le estaba jugando una broma cruel.
Lucas miró fijamente a su nieto durante mucho tiempo y sintió un mareo. Por primera vez, sintió arrepentimiento por lo que había hecho. Tal vez… se había equivocado todo el tiempo.
Dave lo miró y dijo con frialdad:
—Abuelo, ahora no tienes otra opción.
Lucas respiró hondo y se obl