Los ojos de Dave se iluminaron y se llenaron de entusiasmo. Una sonrisa confiada se formó en su rostro.
—Esta es nuestra carta maestra. La usaré cuando llegue el momento.
Ya sabía exactamente cuándo actuar: justo cuando Rupert creyera haber ganado. Ahí sería cuando todo se derrumbaría.
—Rupert ha intentado de todo, pero no se esperará que sus propias trampas se vuelvan en su contra.
Pronto, la verdad saldría a la luz.
Dave sostuvo la memoria USB con firmeza.
—Por ahora, mantente fuera de vista. Vigila cada uno de sus movimientos.
Wyatt asintió rápido.
—Te dejo seguir trabajando —dijo antes de marcharse.
Al salir de la oficina, echó un vistazo a las pilas de documentos sobre el escritorio. Se sentía orgulloso de lo lejos que había llegado el Phoenix Alliance Group. Pero, al mismo tiempo, le preocupaba la salud de Dave.
—Está bien —dijo Dave mientras guardaba la memoria USB y volvía al trabajo.
La habitación volvió a quedar en silencio, como si nadie hubiera estado allí.
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