El verdadero problema era Rupert Evans. Yosef no podía entregar acciones así como así, sin consecuencias.
Sin embargo, mientras Natalie lo atraía con palabras dulces, él bajó la guardia de inmediato.
Antes de darse cuenta, le había contado todo. Su plan secreto consistía en derribar a Rupert con ayuda del Grupo Lawson. Y una vez logrado, le prometió a Natalie acciones y convertirla, no solo en una estrella en ascenso, sino en accionista.
Natalie no estaba dispuesta a desperdiciar la ventaja que tenía contra el Grupo Evans. Ese era su momento.
—¿Estás seguro de que no nos descubrirán? —preguntó Yosef con tono preocupado, sin apartar la mirada de ella.
Natalie frunció los labios con un gesto coqueto y ladeó la cabeza.
—¿Dudas de mí?
Yosef tragó saliva.
—Claro que no. Solo… tengo un mal presentimiento.
Natalie se miró las uñas perfectamente pintadas y sonrió con seducción.
—¿No es Brady Lawson tu respaldo? El Grupo Lawson tiene mucho poder en la ciudad ahora.
Yosef vaciló, sopesando