Bianca de pronto se dio cuenta de que tal vez Blake tenía razón.
Reese, al ser tan sensible, probablemente temía cometer un error en vivo que pudiera afectar tanto a la empresa como a Blake.
Seguramente por eso quería retirarse.
—Ahora lo entiendo. Gracias, Blake —dijo Bianca, finalmente sintiendo alivio.
Blake le sonrió con tranquilidad.
—De nada.
Apenas colgó la llamada, su teléfono volvió a sonar.
Pensando que era Bianca, contestó con una sonrisa, pero al otro lado estaba Madison.
El pecho de Blake se tensó.
Bianca ya le había contado que Madison estaba despierta, pero él no la había visitado. Usaba su pierna lesionada como excusa, aunque en el fondo sabía que ese no era el verdadero motivo.
La verdad era que tenía miedo. Miedo de cómo ella lo vería ahora.
Sus dedos se sintieron fríos mientras dudaba, y finalmente respondió con cuidado.
—¿Hola...?
—Blake. Soy Madison —su voz sonaba tan enérgica como siempre.
Blake sintió una punzada de culpa.
—Señora López, supe por Bianc