Emocionada por la oportunidad de hacer contactos y promover a sus artistas, Bianca llegó a la habitación 502 de buen ánimo.
Pero cuando abrió la puerta, fue recibida por música a todo volumen. Dentro, varios hombres corpulentos estaban sentados alrededor de una mesa, bebiendo y pasando un buen rato.
Pensando que se había equivocado de habitación, Bianca se dio la vuelta para irse. Pero uno de los hombres la detuvo, preguntando:
—¿Eres Bianca Scott?
Sorprendida, Bianca se detuvo y asintió con cautela.
—Pasa, te estábamos esperando.
Sintiendo un mal presentimiento, Bianca preguntó:
—¿Está el Sr. Crawford aquí?
El hombre sonrió con suficiencia y respondió:
—Sí, está en el baño. Nos dijo que te dejáramos entrar y que lo esperes.
Parecía ser la habitación correcta, pero esos hombres no parecían parte de un equipo de filmación. Parecían más bien matones de la calle.
Antes de que Bianca pudiera reconsiderar su decisión, el hombre puso su brazo alrededor de ella y la empujó hacia adentro.