—¿Qué? —Haris quedó atónito.
La voz de Dave se volvió más profunda, cargada de una amenaza latente.
—Si vuelves a causarle problemas, no dudaré en matarte.
El momento en que Dave lo soltó, Haris se desplomó, golpeando su espalda contra el duro suelo.
—Por cierto, te debo una por haberme señalado el camino hacia Bianca —dijo Dave con una leve sonrisa mientras lo miraba desde arriba.
Los ojos de Haris se abrieron de par en par.
¿Era posible?
¿Este era el hombre con el que Bianca había terminado aquella noche después de haber sido drogada?
¿Habían estado trabajando juntos todo este tiempo? ¿Y cómo se atrevió a aparecer en la fiesta de compromiso?
La verdad golpeó a Haris como una tonelada de ladrillos.
Bianca lo había manipulado todo el tiempo, y él había sido el último en darse cuenta.
Se sintió completamente estúpido.
Dave se sacudió la mano, sucia por la pelea, y volvió al lado de Bianca, extendiéndole la mano.
—Vamos a casa.
Todavía en estado de shock, Bianca miró a Dave y, después d