Las palabras de Bianca tranquilizaron al anciano. Ese era el tipo de fortaleza que siempre había esperado ver perdurar en la familia Evans. En tiempos como estos, cuando todo parecía al borde del colapso, ¿cuántas personas realmente se quedaban?
—Qué lealtad… —Una leve sonrisa de alivio apareció en su rostro. Miró a Bianca con seriedad y dijo—: Bianca, te estoy confiando a Dave.
Ella asintió con firmeza y le respondió en voz baja:
—No tienes que preocuparte.
El poder y el éxito importaban, pero al final, lo que permanecía era la familia.
Mientras sus ojos se perdían en el techo, Lucas pensó en el camino que Dave había elegido. Era distinto al suyo, pero quería ver hasta dónde lo llevaría.
Después de que Bianca se fue, Dave miró directamente a Brady.
—El abuelo necesita descansar. No va a salir del hospital por ahora. Encárgate del cuerpo de mi tía como corresponde y pospón el funeral.
El rostro de Brady se tensó.
—¿Puedo verlo?
La voz de Dave se volvió fría.
—¿Ya olvidaste lo que